Año XIV. Entrega nº 964
Cita que sale del puño y letra de este escocés, filósofo e historiador, entre otros nobles oficios, pero, sobre todo, humanista, que supo ver y transmitir la estrecha relación entre el paisaje y lo más profundo del interior del ser humano, porque, lo hemos mencionado en varias ocasiones, si algo nos hace vibrar es cuando el paisaje interior reconoce al exterior. Dicho de otro modo, si no estamos frente al espejo, jamás nos veremos en él.
Hoy vamos en busca de esa belleza a uno de los lugares que pueden servir de ejemplo de cuenca glacial albergando un ibón, como testimonio de los hielos cuaternarios, cuyas aguas desembocan al río Aragón a través de un valle colgado, de formación, también glacial.
El ibón de Ip, situado a 2116 msnm, bajo los escarpes septentrionales de Collarada, ocupa una cuenca transformada por la industria hidroeléctrica que lo represó, poniendo en marcha en 1969 un embalse reversible, en combinación con el contra-embalse de Canfranc, junto a la central, con su propia presa, conocida como de la Espelunga, de hecho, a sus pies hay información de una torreta, similar a la cercana de fusileros, de la que ya casi nada queda.
La central hidráulica reversible tiene una capacidad de 88,85 MW, y es capaz de suministrar energía a más de 16 000 hogares. El vaso superior, el ibón, puede albergar 5,3 Hm3, y el inferior, el contra-embalse, 0,43 Hm3. Entre ambos, existe una tubería forzada por la que se bombea el agua al de arriba en momento de excedente de energía, almacenándola para generar en momentos de necesidad. El salto es de casi 1000 metros, siendo en su momento el mayor de Europa. Un último apunte antes de echarnos a andar, el edificio de la central es obra del arquitecto Miguel Fisac.
Todas estas cosas, sin duda, serán un hito en la ingeniería hidroeléctrica, y más en sus tiempos, pero no encontramos que vibre nuestro diapasón interior, esperando que lo haga con la verdadera belleza, la de los paisajes. Y a por ella vamos.
Salimos del puente de Arriba del milenario Canfranc, habiendo provisto de un vehículo a la llegada a Canfranc Estación, para evitarnos a la vuelta el tránsito entre ambos que, por otra parte, es muy agradable, me atrevería a decir que el tramo que más del Camino de Santiago (GR65.3), desde el Somport hasta Jaca, pero no sé si lo veríamos así tras la sobeta que tenemos por delante.
El primer hito para alcanzar es, precisamente, el ibón de Ip, al que se puede llegar bien por el solano, bien por el paco*, ruta conocida también como de la Besera, opción ésta que elegimos. Nada más salir, se toma un sendero que nos va subiendo por el bosque, dejando a la derecha el desvío para ascender a Collarada por la vía Russell. El bosque nos sigue envolviendo, aportando la frescura que se nos va a negar durante muchas horas a lo largo del día.
Se pasa por los campos de la Besera, con su cabaña de piedra seca, construcción objeto de su inclusión en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Saliendo ya del bosque se pueden apreciar, bajo el sendero del solano, los acantilados que han quedado al descubierto habiéndose labrado el río su porvenir.
Ya se van abriendo a la vista muy arriba, pero que muy arriba, nuestros objetivos. En dos horas y cuarto alcanzamos los corrales que preceden a los refugios a pie de presa, cuyo impacto visual, al menos, ha quedado algo amortiguado. La llegada al circo sobrecoge, no es fácil imaginarse el lugar soportando millones de toneladas de hielo de varios cientos de metros de altura.
En una rápida mirada a las alturas damos repaso de las montañas que ya existirían y que, ajenas a su voluntad han sido bautizadas como Moleta, Tronqueras y Pala de Ip, en el flanco norte. Punta Escarra, Hombro de Escarra, Punta del Águila, Pico Bucuesa y Cuchillares, en el este. Y Peña Nevera, Somola, el Fraile, Collaradeta y Collarada, en el sur. El oeste es el que ha labrado el río en su salida al Aragón, que nos da vistas a la zona de la Magdalena, Rigüelo, mallos de Lecherines, Lecherín, Tortiellas...
Cuchillares, Somola, Peña Nevera...
Rigüelo, Mallos de Lecherines, pico Lecherín...
Tras el repaso de rigor, retrocedemos unas decenas de metros para ir acometiendo ya la subida al collado de Tronqueras, que comienza con suave pendiente herbosa que, poco a poco, se va convirtiendo en más incómoda y pendiente por el tirano mundo mineral. Esta debilidad del cordal nos da vistas, extraordinarias, por cierto, a la Canal de Izas, desde donde alcanzamos el collado hace diez años para subir a la Pala de Ip, a la que nos dirigimos. Cuatro horas y tres cuartos hasta aquí.
Subidos a la grupa, “sólo” nos queda cabalgar por esta impresionante loma que vierte a dos aguas, la cuenca de Ip y la Canal de Izas. El objetivo era recorrerla hasta la Moleta, y como opción acercarnos a la Pala de Ip, algo que acometemos, porque lo más duro ya lo tenemos hecho, que ha sido subir los 1600 metros de desnivel desde el punto de arranque.
No hay mucho debate. Para allá que vamos, total que son como 150 metros más. La ruta va asomándose alternativamente a una y otra vertiente y sus abismos. Llegamos a la cima occidental, y continuamos hacia los 2783 msnm del techo de la ruta, encontrando un corto tramo en el que hay que extremar la precaución debiendo echar las manos para progresar.
Circo de Ip, con la Patacua al fondo
En la Pala de Ip
Llegados a él, y observando cómo las nubes que van adornando el cielo se van organizando ya, con otras intenciones, media vuelta, que queda tajo. Pasamos por la cima occidental para caer al collado y a continuar con al tránsito por la loma. Seis horas y cuarto y no sé, no creo que quede mucho menos de cuatro más.
Tronqueras y Moleta
Subida a la primera Tronquera que nos encontramos. Bajada y vuelta a subir a la segunda. Y vuelta a bajar, para volver a subir a la última cota de la jornada, la Moleta, que se asoma ya al valle de Canfranc, y que pivota entre el de Ip e Izas. Por debajo, más de 1300 metros cuasi en vertical hasta Canfranc Estación.
Circo e ibón de Ip
Se abre el debate de si bajar por la fuente de la Elvira o por el carretón. La primera opción algo más larga, y la segunda, más pendiente. Lo razonable, a la vista de que sería una buena ocasión para aprovisionarnos de agua, sería la primera, claro; pero hay algo que tiene prisa por entrar en la ecuación, y son los negros nubarrones que ya se han formado que, si bien nos protegen del sol, creo que no es eso sólo lo que quieren.
Bajando de la Moleta
De modo que, la cosa está clara, para abajo pitando, y a ver si llegamos al nexo del carretón y de la pista, donde estaremos ya próximos al bosque, que nos aliviará. Como si nos hubiera leído el pensamiento, así fue, llega el agua al entrar en el bosque. Sólo nos queda el millón y medio de zetas para llegar abajo, a la pista, que lo hacemos en hora y veinte minutos de continuo ca-co* al compás de los truenos.
Nexo de la pista y del carretón
Llegada a la pista
Y en poco más, a la carretera, donde espera pacientemente el vehículo que nos llevará al punto de arranque, para evitarnos el tramo del Camino de Santiago entre ambos núcleos de Canfranc. Una más que completa jornada de montaña, a la que le hemos metido casi 10 horas, para recorrer 17,8 km y salvar un desnivel acumulado de en torno a los 2095 m D+ y 1930 m D- (Wikiloc: 1837 m D+ / 1720 m D-), llegando a la máxima altitud en los 2783 m de la Pala de Ip.
GLOSARIO
Paco: umbría
Mallo: pináculo rocoso formado de conglomerados
Ca-co: caminar-correr
BIBLIOGRAFÍA
Todos los ibones del Pirineo aragonés. Javier Cabrero. Ed. Pirineo (1999)
Los ibones. Varios autores. Institución Fernando el Católico (CSIC-DPZ) (2014)
RECURSOS DIGITALES
Institución Fernando el Católico. Diputación Provincial de Zaragoza
Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.
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